El cáncer siempre te pilla desprevenido: te sorprende siendo madre, padre o hijo, sacando adelante un proyecto personal o profesional, planificando unas vacaciones o luchando por mantener un trabajo. Y de pronto todo lo que eran tus planes y tu día a día se rompe y se abre un nuevo camino en el que todo son dudas.
Al principio surgirán multitud de cuestiones sin respuesta. No entiendes nada y puede que lleves muchas preguntas preparadas para tu médico, pero en el momento de llegar ante él, sólo buscas que te conteste una sola duda, mientras le vigilas cada gesto que haga: “¿Cuál es el riesgo real? Usted, que ha visto tantos casos, ¿de verdad cree que yo me curaré?”
Buscas certezas y no te sirven las estadísticas, por muy alentadoras que sean. En realidad, nadie te las puede dar y tienes que ir viviendo, una a una, cada etapa del nuevo Camino al que ahora, sin quererlo y de forma abrupta, te enfrentas. Comprender las claves del proceso y lo que debes hacer y saber para intentar llegar a buen destino es importante para ti pero es también uno de los grandes esfuerzos que tendrás que hacer en este Camino. Sin embargo, merecerá la pena: te ayudará a integrar tu nueva vida, aumentará tus competencias, sacando partido de los recursos sanitarios disponibles, saber si, por ejemplo, es conveniente contrastar con una segunda opinión, y te permitirá implicarte en las decisiones cuando sea necesario pero, sobre todo, te ayudará a comunicarte mejor con tus médicos y seguir mejor sus pautas.
Puedes oírlo de la voz de Chelo, una paciente de Logroño:
Como verás en http://vocesenelcamino.aecat.net/etapa.php?stage=2&lang=es ante la pregunta de «¿qué te ayudó a comprender y asimilar el proceso?» la mayoría destaca el papel de la información y la importancia de contar con el ejemplo de otros pacientes.
Por eso, no dudes en buscar apoyos, pero no te exijas de más porque es un proceso gradual. Ve poco a poco, siempre al ritmo que tú necesites. Es importante que nadie te fuerce y, más allá de las cuestiones prácticas y operativas, se respete que sepas sólo lo que tú quieras saber. En nuestra web empezamos cada apartado del tratamiento (dentro de los links que indicamos abajo) con unas Nociones Básicas que debes leer al principio y sobre los que luego profundizamos para los que sí quieran conocer más.
Leer las Nociones Básicas es indispensable para entender mejor a tu médico y te permitirá preguntarle sobre tu caso particular y aprovechar mejor el tiempo de la consulta. Es preferible que no vivas el proceso solo y que vayas a las consultas del médico con alguien de apoyo, con quien contrastar la información y las pautas a seguir. Los dos estaréis afectados emocionalmente y la falta de tiempo o el tipo de vínculo con el médico no siempre ayuda, pero el ser dos, os permitirá obtener una información más fiable. Aun así comprobaréis que nada más salir, seguramente ya tendréis nuevas dudas y preguntas.
Puedes encontrar más consejos de cómo comunicarte con tus médicos (y con tu familia) en este link: https://www.aecat.net/consejos-practicos/consejos-psicologicos/la-comunicacion-del-paciente-con-cancer/
Itinerario del Paciente de Cáncer de Tiroides
Cuando el cáncer que te detectan es de tiroides, las dudas sobre el Camino a seguir son aún más grandes ya que seguramente no conoces a nadie que lo haya padecido (supone solo el 1% de las de todas las neoplasias) y existe un gran desconocimiento sobre este tipo de cáncer, sobre sus tratamientos y efectos secundarios, tan diferentes al de otros cánceres.
Una de sus “particularidades” es que, por las características que impone el tiroides, el médico de referencia no será un oncólogo, sino un endocrinólogo experto en CT aunque pronto tendrás que comprender el papel de otros especialistas que forman parte de este mismo Camino. Lo correcto es que las decisiones sobre tu tratamiento se tomarán dentro de un equipo multidisciplinar. Te mostramos, a continuación, un itinerario básico para los casos papilar y folicular, los más comunes:
Intervención quirúrgica: Tras el diagnóstico, el siguiente paso es la cirugía para lo que te derivarán a un cirujano o un otorrino experimentado en cáncer de tiroides. Cada vez se da más importancia a las pruebas diagnósticas previas que permite orientar la operación e ir valorando si es necesario extirpar sólo el tiroides o también alguna cadena ganglionar. (www.aecat.net/el-cancer-de-tiroides/tratamiento-quirurgico). Tras la cirugía, la anatomía patológica dará a tus médicos nuevas pautas para redirigir el tratamiento.
Tratamiento Hormonal: Desde el momento en que te extirpen la glándula tiroides, dejarás de producir total o parcialmente las hormonas tiroideas T3 y T4, y necesitarás tomar una pastilla de tiroxina de por vida que deberá ajustarte el endocrinólogo de forma paulatina. Dependiendo de tu perfil de riesgo esta pastilla buscará sólo sustituir la secreción hormonal de tu tiroides o también suprimir la TSH para reducir el riesgo de recidiva. Más información la puedes encontrar aquí: https://www.aecat.net/el-cancer-de-tiroides/terapia-de-supresion-hormonal/
Tratamiento con radioyodo: En la gran mayoría de los casos a continuación se suele dar un tratamiento metabólico con yodo radiactivo (www.aecat.net/el-cancer-de-tiroides/tratamiento-con-yodo-radiactivo) que destruye las células de CT (y de tiroides en general) que hayan podido quedar tras la cirugía. La palabra “radiactivo” no siempre da “muy buena espina” pero se trata de un proceso seguro y bien pautado, para el que debes dirigirte a un hospital con Medicina Nuclear, que son los especialistas en radiofármacos. Estos fármacos suelen aplicarse dentro del organismo por diversas vías, en nuestro caso es una cápsula, y a través de unos aparatos, originan imágenes que sirven para entender mejor el funcionamiento de los órganos estudiados. Para ello hace falta seguir unas pautas, en concreto:
- Una preparación previa para elevar tu TSH y conseguir una mayor efectividad del tratamiento. Puedes ver los métodos posibles en https://www.aecat.net/consejos-practicos/terapiacon-yodo-radioactivo/que-debes-hacer-para-prepararte/. Además deberás seguir una dieta baja en yodo tal y como aquí te explicamos: https://www.aecat.net/consejos-practicos/terapiacon-yodo-radioactivo/dieta-baja-en-yodo-y-otras-recomendaciones/
- En el caso de dosis superiores a 30mCi será necesario que se administre en habitaciones plomadas, donde se estará aislado unos 2 ó 3 días y se irá eliminando la dosis antes de poder salir al exterior en condiciones de seguridad. https://www.aecat.net/consejos-practicos/terapiacon-yodo-radioactivo/en-la-habitacion-plomada/
- Por último y durante unos días (dependiendo de la cantidad de la dosis) habrá que seguir unas recomendaciones de radioprotección, durante y después del tratamiento, para garantizar tu seguridad y la de otros. https://www.aecat.net/consejos-practicos/terapiacon-yodo-radioactivo/consejos-de-radioproteccion/
Rastreo Corporal y determinación de la tiroglobulina y anticuerpos antitiroglobulina: Justo después del radioyodo pero también a los 6-12 meses se realizará en Medicina Nuclear un Rastreo Corporal (RCT)que dará una “foto” del tejido tiroideo (maligno o no) que queda en tu cuerpo. Al contrario de lo que la gente intuye el radioyodo no actúa de forma inmediata sino que requiere de esos meses para ser efectivo con lo que tendrás que mentalizarte para la espera.
Seguimiento: Una vez acabado el tratamiento, y ya de por vida, pero en especial durante los primeros años, debes ir periódicamente a seguimiento con tu endocrinólogo. Mira las pautas y pruebas imprescindibles aquí: https://www.aecat.net/el-cancer-de-tiroides/seguimiento/
Como pacientes, por último, queremos mandar un mensaje positivo a la vez que realista, y es que, a pesar de las dificultades de la vivencia y las posibles complicaciones, el porcentaje de curación es muy elevado. Eso sí, no te pongas plazos, ni intentes anticipar posibilidades o resultados antes de tiempo, es mejor afrontar cada etapa una a una. Poco a poco, tu vida se normalizará y lo más duro del Camino, habrá quedado atrás.
Sin más, os dejamos con los consejos de Inma y Rosa. A su manera, y desde experiencias muy diferentes, las dos hermanas nos vienen a recordar la importancia de “prevenir antes que curar”.