Terapia de supresión hormonal

Desde el principio sabemos que después de la tiroidectomía
tendremos que tomar una pastilla de por vida. Sin embargo,
poca gente conoce que esa pastilla también cumple una función
importante para prevenir recidivas.

Efectivamente cuando hablamos del tratamiento con hormona externa
hacemos referencia a dos factores:

Terapia de sustitución

 

Para poder aportar de forma exógena hormonas tiroideas al organismo, tras la tiroidectomía total
o parcial se ofrece un tratamiento hormonal sustitutivo exógeno, con levotiroxina sintética pura, T4.

Su objetivo es reproducir de la forma más cercana posible el funcionamiento normal
de la glándula tiroides. Afortunadamente, la tiroxina sintética pura (T4) funciona
de la misma manera que la hormona tiroidea.

Debe administrarse de forma oral, mediante una pastilla a la que debes acostumbrarte
ya para toda la vida. Lo habitual es tomarla en ayunas, a diario y se debe esperar luego entre 20 y 30
minutos para ingerir alimentos, así facilitamos su absorción, habla con tu endocrino, si esto supone
una molestia, para poder tomarla en otro horario, lo vital, es tomarla a diario. Y tu endocrino
sabrá ajustar la dosis para tus circunstancias personales.

Cuando alguien comienza a tomar hormona tiroidea, la dosis inicial se escoge cuidadosamente
basándose en varios factores como el peso, edad y otras condiciones médicas y se llegara a la dosis
estimada siempre de forma progresiva a lo largo de varias semanas.

Más adelante, la dosis deberá ser ajustada por el médico, en base a la TSH, hasta conseguir
la función tiroidea óptima.

Terapia de supresión

 

Para prevenir el crecimiento de tejido tiroideo se deberá minimizar la TSH,
que impedirá que se estimulen y crezcan las células tiroideas que haya en el organismo,
independientemente de que sean sanas o no.

La TSH es la hormona que regula la captación de yodo por parte de las células del tiroides
para su conversión en hormonas tiroideas. Una TSH elevada tendrá un efecto activador en dichas
células, mientras que una TSH suprimida las mantendrá neutralizadas. Por ello, el tratamiento
del cáncer de tiroides pasa por la supresión inicial de la TSH. Para ello, la dosis de T4 se ajustará
para disminuir la TSH a un valor igual o inferior a 1,0 mU/L.

Pero, la inhibición de la TSH (igual o inferior a 0,1mU/L) es obligatoria en cualquier paciente
con evidencia de enfermedad persistente (Tg detectable). Será el endocrino quien valore cada caso
para determinar la concentración de TSH en sangre que conviene mantener a efectos preventivos.