Una de las singularidades del tratamiento del cáncer de tiroides que lo diferencian de otros tipos de cáncer son los especialistas implicados, siendo pocas las personas que, a priori, conocen el papel del endocrinólogo y del médico nuclear en su abordaje.
La desinformación genera frecuentes malentendidos y son muchos los pacientes que al ser diagnosticado de cáncer de tiroides se sienten inseguros cuando no se les deriva a un oncólogo. De hecho, el estudio realizado por AECAT sobre la percepción social del cáncer de tiroides, evidenció que para el 53,9%, es decir, para más de la mitad de las personas encuestadas, el oncólogo era el especialista de referencia, reconociendo el papel del endocrinólogo solo un 37,6% de quienes fueron preguntados.
El Dr. Galofré, Coordinador del Grupo de Cáncer de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), nos explica el importante papel del endocrinólogo en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de tiroides :
a) En el diagnóstico: El cáncer de tiroides se diagnostica en pacientes con nódulos tiroideos y solo el 5% de los diagnosticados son malignos, por lo que un oncólogo no podría tratar el 95% restante. Sin duda es el endocrinólogo el que sabe diagnosticar esta enfermedad que, en un porcentaje altísimo, será tratada como hipertiroidismo, quiste, hiperplasia nodular, etc.
b) En el tratamiento: El excelente pronóstico de este cáncer y su lento crecimiento hacen que los tratamientos sean muy diferentes de la mayoría de los cánceres.
Su lento crecimiento hace que no pueda ser tratado con fármacos ciclostáticos (quimioterapia), diseñados para atacar precisamente las células de rápido crecimiento y que, por tanto, se han mostrado ineficaces para esta patología. El primer paso en el tratamiento es la extirpación quirúrgica (como en la mayoría de cánceres), pero posteriormente se administra yodo radioactivo. Aquí participan los médicos de Medicina Nuclear.
El cáncer de tiroides es el único que se trata de este modo.
c) En el seguimiento: Al paciente operado de cáncer de tiroides se le debe suplir la hormona tiroidea. Y el tratamiento de déficits hormonales es, precisamente, propio de los endocrinólogos. Generalmente un endocrinólogo seguirá a los pacientes ya operados con visitas cada 6 o 12 meses, les pedirá análisis para ver si la función de la glándula está bien sustituida, solicitará el marcador tumoral (la tiroglobulina) y le pedirá (según la evolución) pruebas de imagen: ecografías, rastreos con radioyodo, TAC, etc. Los resultados marcarán la oportunidad de iniciar nuevos tratamientos quirúrgicos, con radioyodo u otros más sofisticados.
d) Cuando el cáncer de tiroides se complica el endocrinólogo coordina el concurso y la participación de otros especialistas, incluidos (si fuesen necesarios) los oncólogos.
Efectivamente, la tendencia actual es que, anta cada nuevo dato que suponga una toma de decisión en el tratamiento se pueda contar con la visión de los diferentes especialistas implicados, recomendando tanto las guías europeas como americanas, la creación en los centros hospitalarios de comités multidisciplinares de diagnóstico y tratamiento para el estudio y evaluación de esta enfermedad.
Manejo multidisciplinar especializado en cáncer de tiroides que incluiría, cuanto menos, endocrinólogos, cirujanos u otorrinolaringólogos, médicos nucleares, oncólogos y preferentemente también otros especialistas imprescindibles como patólogos, radio-oncólogos y responsables del Departamento de análisis clínicos.
Dichos comités se reunirían periódicamente para revisar internamente aquellos casos que requieran una intervención eintentar valorar y ajustar conjuntamente el tratamiento más adecuado. Como nos señalaba la Dra. Dolores Abos, Presidenta del Grupo de Trabajo de Endocrinología de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (SEMNIM): “Considero que deben impulsarse los comités de Tumores Endocrinos, El tratamiento del cáncer diferenciado de tiroides es multidisciplinar.”
Desde AECAT reivindicamos la creación de estos comités multidisciplinares de diagnóstico y tratamiento dentro de centros de referencia especializados en cáncer de tiroides, así como la necesidad de reunir criterios y hacer protocolos que unifiquen los procedimientos.