¿Cómo se diagnostica?
Una vez que se ha detectado un nódulo, el objetivo será descartar
la presencia de un carcinoma o tumor maligno. El endocrino, buscará
recabar toda la información posible a través de:

Historia clínica

Examen físico

Análisis de sangre

Evaluación mediante Ecografía tiroidea de alta resolución

Evaluación mediante Ecografía tiroidea de alta resolución

Punción Aspiración con Aguja Fina (PAAF)
– I Material insuficiente – II Benigno – III Lesión folicular de significado indeterminado – IV Neoplasia folicular / sospecha de neoplasia folicular – V Sospecha de malignidad – VI Maligno

Otras pruebas de imagen

Algunas veces, el diagnóstico no resulta fácil ni evidente y no se puede determinar
inicialmente la malignidad del nódulo, pero tampoco se pueda descartar.
Si estás en esa situación, los pasos a seguir dependerán del criterio del endocrinólogo
que lleve tu caso individual. Si decidiera vigilar el progreso del nódulo durante un tiempo,
recuerda que es importante que realices en plazo todas las revisiones y pruebas que te vaya pautando
sin excepción alguna. Si, aun así, no te quedas tranquilo, pide una segunda opinión.
Una curiosidad…
El estadio del tumor determinará la extensión y gravedad de tu cáncer de tiroides. El sistema más utilizado para clasificarlo es el TNM.

Hace referencia al tamaño
tumoral

Al estado de los ganglios

A la presencia de
metástasis a distancia
Según esta clasificación se establecen cuatro estadios (I, II, III y IV) en el que el I supone
un tumor localizado en la glándula y el IV implica metástasis a distancia.