¿Cómo se diagnostica?

Una vez que se ha detectado un nódulo, el objetivo será descartar
la presencia de un carcinoma o tumor maligno.
El endocrino, buscará
recabar toda la información posible a través de:
Historia clínica
Debes informar del tiempo que llevas teniendo el nódulo, también intenta informar a tu médico de cualquier disfunción tiroidea o de cualquiera de los factores de riesgo. Si alguien en tu familia ha padecido cáncer de tiroides (especialmente cáncer medular de tiroides) o tumores de las glándulas suprarrenales, llamados feocromocitomas, es importante que se lo comuniques a tu médico. Si además sufres diarreas no olvides comentárselo pues en un pequeño número de casos este dato puede ser relevante.
Examen físico
La palpación puede ser esencial ya que algunas características de los nódulos -como su dureza y solidez, la presencia de ganglios cervicales, etc- apoyan la posibilidad de que sea maligno.
Análisis de sangre
Ningún análisis de sangre puede indicar si un nódulo tiroideo es cancerígeno. Sin embargo, los análisis de sangre pueden mostrar si el tiroides está funcionando normalmente, lo que puede ayudar a los médicos a decidir qué otras pruebas pudieran ser necesarias.
Evaluación mediante Ecografía tiroidea de alta resolución
Es una prueba de ultrasonido indolora y rápida que permite medir el tamaño del tiroides, el número de nódulos que contiene, el tamaño de éstos y la composición de los mismos, así como los ganglios adyacentes o los órganos cercanos. Orienta sobre la necesidad de realizar o no más pruebas.
Evaluación mediante Ecografía tiroidea de alta resolución
La Gammagrafía de la tiroides se puede realizar para los nódulos que tengan un diámetro mínimo aparente de 1 cm. Se inyecta una sustancia radioactiva intravenosa, que se acumula en el tiroides. En el monitor de la cámara gamma se podrá observar si el nódulo ha absorbido más o menos cantidad de esta sustancia que el resto del tejido de la tiroides. Si algunas partes de la tiroides se iluminan en colores “cálidos” como rojo o amarillo, significa que se trata de un nódulo cálido o “caliente”, que pocas veces resulta maligno. Si los colores son “fríos” (azul o violeta), entonces se trata de un nódulo frío que podría ser sospechoso de malignidad.
Punción Aspiración con Aguja Fina (PAAF)
En los casos que se sospeche o se quiera descartar la existencia de un tumor maligno se deberá solicitar una Punción Aspiración con Aguja Fina (PAAF). La norma habitual es practicarla en todos los nódulos solitarios de más de 1 cm, y en micro-nódulos en los que haya otros elementos que puedan indicar malignidad. Mediante una aguja fina se pincha el nódulo y se extraen células del mismo con las que se realizará un informe citológico. En ocasiones el resultado puede ser no concluyente por lo que puede ser necesario repetirla. Para realizar el informe se usa el sistema Bethesda de clasificación, con seis niveles:

– I Material insuficiente – II Benigno – III Lesión folicular de significado indeterminado – IV Neoplasia folicular / sospecha de neoplasia folicular – V Sospecha de malignidad – VI Maligno

Otras pruebas de imagen
Como la Tomografía Axial Computarizada (TAC), la Resonancia Magnética (RM) y la Tomografía por Emisión de Positrones (PET-TAC), no se indicarán habitualmente. No obstante, estas técnicas pueden ser necesarias en pacientes seleccionados, bien para confirmar la existencia de extensión local de la enfermedad o la de metástasis. Cuando aparece en un PET la connotación es distinta, pues implica una alta actividad metabólica como se demuestra con que hasta en un 20% de los casos sea maligno. Se evitarán las técnicas de imagen que utilicen contrastes yodados.

Algunas veces, el diagnóstico no resulta fácil ni evidente y no se puede determinar
inicialmente la malignidad del nódulo, pero tampoco se pueda descartar.

Si estás en esa situación, los pasos a seguir dependerán del criterio del endocrinólogo
que lleve tu caso individual. Si decidiera vigilar el progreso del nódulo durante un tiempo,
recuerda que es importante que realices en plazo todas las revisiones y pruebas que te vaya pautando
sin excepción alguna. Si, aun así, no te quedas tranquilo, pide una segunda opinión.

Una curiosidad…

 

El estadio del tumor determinará la extensión y gravedad de tu cáncer de tiroides. El sistema más utilizado para clasificarlo es el TNM.

Hace referencia al tamaño
tumoral

Al estado de los ganglios

A la presencia de
metástasis a distancia

Según esta clasificación se establecen cuatro estadios (I, II, III y IV) en el que el I supone
un tumor localizado en la glándula y el IV implica metástasis a distancia.