Hoy 31 de diciembre, 12 campanadas, 12 meses transcurridos y 12 meses por delante.
Hoy, una buena ocasión para expresar en 12 mensajes, lo que debe saberse sobre el cáncer de tiroides.
Como pacientes que hemos pasado por ésto, conocemos la importancia de difundir el conocimiento de la enfermedad.
Sabemos que los pacientes bien informados consiguen una mejoría mayor. Pero además, como Asociación tenemos el deber de ponerr cara a esta enfermedad y concienciar a la sociedad sobre la necesidad de la prevención y detección temprana.
Aquí tenéis las 12 claves para entender la enfermedad:
- El tiroides es una glándula en forma de mariposa situada en la base del cuello. Su función es captar yodo del organismo y transformarlo en tiroxina, una hormona tiroidea imprescindible para la regulación del metabolismo.
- Hay unos 3.000 casos de cáncer de tiroides cada año en España. Es el tumor que más crece en incidencia y el quinto más frecuente entre los 20 y los 40 años. Este crecimiento se debe, en parte, a una mejor detección precoz.
- La mayoría de los cánceres de tiroides no producen síntomas y no alteran los niveles hormonales en sangre. El signo principal es un bulto o nódulo en el cuello que en muchos casos ni es visible a simple vista ni produce dolor, tos, ronquera, opresión o cualquier otro síntoma.
- Los nódulos tiroideos son frecuentes, pero solo el 5% de ellos son cancerígenos. Ante la aparición de un nódulo que no desaparece es importante consultarlo con el médico que prescribirá las pruebas necesarias para descartar un cáncer o derivará al endocrinólogo. En muchos casos, el periodo de vigilancia puede ser largo.
- Hay 4 tipos de cáncer de tiroides: papilar, folicular, medular y anaplásico, ordenados de mayor a menor en frecuencia. Las formas más comunes son las menos agresivas y, por ello, en la mayoría de los casos, el pronóstico suele ser bueno.
- Si se confirma la aparición del cáncer, la opción terapéutica habitual es la extirpación completa de la glándula tiroides.
- Tras la cirugía es necesario tomar una pastilla diaria de tiroxina de por vida para sustituir la función natural del tiroides. A partir de ese momento tendrás ya que acudir regularmente al endocrinólogo, de hecho, ajustar la dosis puede ser un proceso largo.
- Después de la cirugía el tratamiento habitual es el yodo radioactivo. De nuestro organismo, solo las células tiroideas asimilan el yodo, por lo que es una terapia con pocos efectos secundarios. Para aumentar su eficacia durante el mes previo se sigue una dieta baja en yodo y se retira la tiroxina. Hoy en día, existen tratamientos que permiten no sufrir el hipotiroidismo que esta medida implicaría.
- El yodo radioactivo se administra por vía oral y es necesario permanecer unos días en una habitación plomada hasta bajar los niveles de radioactividad. Adicionalmente, al volver a casa deberás seguir por un tiempo limitado unas medidas de radioprotección, que garantizan tu seguridad y la de tu familia.
- El endocrinólogo es el especialista de referencia. Solo en los casos avanzados o en aquellos que requieran otro tipo de terapia interviene el oncólogo. El cirujano y el médico nuclear también participan de manera activa en el manejo de este tumor.
- Hasta ahora no había opciones terapéuticas para aquellos pacientes que no respondían al yodo radioactivo (tumores refractarios). En este momento, hay nuevos fármacos, los inhibidores de las tirosina cinasas, que están dando buenos resultados y que suponen el mayor avance de las tres últimas décadas en cánceres refractarios de tiroides.
- La palabra cáncer es dura de oír pero si tú o alguien cercano a ti es diagnosticado de cáncer de tiroides, no estás solo. Tienes donde acudir, nosotros podemos ayudarte, visita nuestro foro o busca más información en www.aecat.net
Os dejamos con un joven músico de la Orquesta de Zamora, que nos recuerda este último mensaje: